Una vivienda pasiva y biosaludable
El desafío de este proyecto era crear una pieza de arquitectura que nos inspire, dando absoluta prioridad a la salubridad. Una de las premisas era tener la casa comunicada en todos sus puntos con el exterior para aprovechar lo que nos aporta la naturaleza en el interior de la vivienda.
Esta casa pasiva se divide en tres piezas diferenciadas unidas entre si. La primera contiene la zona de día, la segunda, más pequeña, funciona a modo de recibidor y nexo de unión, delimitando a la vez un patio exterior, y la tercera pieza, girada con respecto a las anteriores, se destina a la zona de noche, y gracias a su posición, nos da intimidad al porche.
Una vez la vivienda está construida conseguirá la certificación Passivhaus y el Sello Breeam, lo cual indica que cumplirá estrictos requisitos en cuanto a sostenibilidad y eficiencia energética.
La certificación Passivhaus asegura que la vivienda cumple con requisitos relativos a las demandas de calefacción, refrigeración, y a la energía primaria y hermeticidad. En este sentido, con la certificación Passivhaus Classic que tendrá NICA conseguiremos una demanda de calefacción siempre inferior a 15 kWh/(m2 a), una demanda de refrigeración inferior a 15 kWh/(m2 a), una demanda de energía primaria renovable inferior a 60 kWh/(m2 a) y una hermeticidad del aire inferior a 0.6 renovaciones de aire por hora.
El sello BREEAM asegura una reducción de las emisiones de Co2 de entre el 7% y 56%. En cuanto al consumo de agua, se podrá ahorrar entre un 20% y un 35%. Podremos así reducir los costes de mantenimiento de la vivienda a la vez que mejoran los niveles de bienestar y confort y reducimos la huella ambiental.
Además, decimos que NICA será, además de pasiva, biosaludable. Esto es porque aplicaremos técnicas de neuroarquitectura y salubridad en este proyecto que os contaremos en más detalle en una próxima publicación.