Los clientes, en este caso, necesitaban una segunda vivienda que tuviera un espacio de desahogo para teletrabajar y que además, contara con unas condiciones de confort constantes que les permitiesen pasar distintas temporadas en ella sin preocuparse de llegar a una casa en la que no estuvieran “cómodos” en cuanto a humedad, temperatura y calidad del aire.
La vivienda se resuelve en planta baja, pero en la zona de día se crea un volumen de mayor altura para situar un estudio en el altillo. Además, desde este punto se tienen vistas al mar, también muy valoradas por nuestros clientes.
El volumen resultante exterior es moderno con líneas limpias y colores claros. El módulo de la zona de día resalta sobre el de la zona de noche por su altura, su cubierta a un agua y su característica ventana en esquina; en la zona de noche, se crea un juego de volúmenes con retranqueos en fachadas.